¡Hola, un placer conocerte!
Me llamo Stefano Branda, soy un Coach Fit In for Life, un persistente apasionado en la búsqueda de los «porqués», a quien este emocionante camino ha permitido conocer a fondo el cuerpo y la mente humana.

Gracias a las experiencias personales y profesionales vividas, desde más de 30 años ayudo las personas a mejorar su bienestar y su eficiencia. Si de algo estoy convencido es de que somos realmente afortunados de estar aquí, juntos y ahora!!
Si lo deseas, podemos trabajar juntos para asegurarte:
• la energía para superar las dificultades,
• la lucidez para resolver los problemas,
• la necesaria maleabilidad para enfrentarse a las adversidades.
Mis treinta años de experiencia, los muchos testimonios de éxito, el largo camino de formación y educación, me han permitido obtener los mejores resultados o sea lo que deseaba en cada etapa de mi vida.
Profesionalmente he tenido prueba de eso escuchando las palabras con las que me han descrito, quienes compartieron mi proceso formativo.
Por lo que concierne a la faceta personal, lo que me confirma haber obtenido lo que deseo, es el hecho de que en la vida de todos los días estoy rodeado de personas auténticas, grandes amigos, siempre presentes para ayudarme y sostenerme y la relación con mi familia nunca ha sido tan intensa, reconfortante, llena de complicidad y respeto mutuo.
Aunque la vida no deja de presentar dificultades, estoy y me siento en forma.
Los problemas, las adversidades que ocurren diariamente son superados por mi forma de ser que he construido día tras día, que me ha permitido llegar a sentir el pleno control de mí mismo.
Aun hoy, cada vez que vuelvo a leer la descripción de mi vida actual, sigo incrédulo.
Hechando un vistazo a mi pasado, veo quién era y cómo era y créeme, ha sido un milagro!
Cómo era Stefano Branda
Mi vida podría definirse en una lucha por superar mi inicial situación de debilidad física, psicológica y emocional.
Gordo, flaco, triste, deprimido, extremadamente tímido, inseguro, enfadado, a menudo paralizado por las ansiedades que, alimentaban las cadenas que me mantenían atado a las situaciones llenas de miedos e indecisiones.
Avergonzado por mi físico, vivía una sensación de inconformidad por mi manera de expresarme y la incapacidad de gestionarme.
He luchado durante muchos años con la dependencia emocional por la comida.
¡Literalmente estuve en la ruina en más de una ocasión!
Sin que nadie lo supiera, me he mostrado siempre amable, sonriente y motivado!
Y les aseguro que esta mascara no me ha ayudado para nada en ser la persona que soy hoy.
Para superar todos estos obstáculos he necesitado muchos años y me ha costado realmente mucho trabajo.
He frecuentado más de 50 cursos de formación y leído más de 300 libros, seguido y escuchado diferentes mentores y me he confrontado a miles de personas.
He apartado las personas negativas y he aprendido a cultivar relaciones significativas, eliminando paulatinamente todo aquello que me hacía más débil, reemplazandolo con una alternativa, buena y enriquecedora.
Al cabo de todo este tiempo he aprendido que la sencillez y el conocimiento son la clave para la salud, la riqueza y la felicidad.
Me he dado cuenta que en EN ESENCIA a la mayor parte de las “cosas” no tienen importancia, son solo el ruido de fondo que nos distrae del sentido de disfrutar la vida que realmente queremos y merecemos.
La mayor parte de las necesidades, inducidas y manipuladas por terceros, son los obstáculos más grandes que la vida nos reserva.
La vida es realmente muy sencilla; pero nosotros nos empeñamos en hacerla más complicada.
Confucio
Misión profesional
Creo que cada existencia debe ser vivida en pleno buscando la verdadera calidad.
El gran objetivo reside en la salud funcional para lograr un bienestar profundo que permita manifestar todo nuestro potencial.
Acompañar las personas a entender y apreciar todo esto y recorrer junto a quien lo desea, el camino que lleva hacia nuestros sueños es mi Misión profesional.
La era moderna la evolución y nuestro estilo de vida han causado más daños de los que hemos podido resolver.
Sobre todo en los últimos decenios han crecido mucho los niveles de estrés y se han alterado tan profundamente los equilibrios que nos vemos obligados a seguir costumbres dañinas.
La vida sedentaria, la mala nutrición, el deterioro de la relación con nosotros mismos y con quien nos rodea, amenazan diariamente la vida de cualquiera.
Todos tenemos una sola vida, una sola oportunidad, nos toca a nosotros aprovecharla y vivirla lo mejor posible,
S. Branda
La pregunta que me ha hecho convertirme en Life Quality Coach
Existe un pensamiento especial, una pregunta que he tenido desde niño, y que he encontrado constantemente en casi todas las personas con las cuales he emprendido un camino de cambio.
Porque no soy feliz? Si tengo mucho!
Te has hecho nunca esta pregunta?
Recuerdo perfectamente, siendo niño, cuando le dirigí esta pregunta a mi mamá.
La cuestión se me sugería constantemente por una vocecita interior que no paraba nunca, tampoco hoy, de empujarme a buscar los porqués y los significados de las cosas.
Durante varios años fue para mí una pregunta diaria, no paraba nunca de ponérmela, y aun hoy me ocurre.
Les confieso que me ha ayudado en muchísimas ocasiones a comprender los mecanismos que amenazan la serenidad.
Seguramente me ha enseñado a comprender lo que es necesario tener para poder decir de poseer verdaderamente mucho.
Yo percibía que los adultos daban la impresión de no tener tiempo, de vivir en cuerpos que odiaban, de asumir comportamientos impropios de quien es “mayor”.
Resultaba contradictorio para mí observar cómo aquello que se me profesaba y enseñaba para crecer de la mejor manera posible, no coincidía con todos aquellos ejemplos del mal vivir que constataba en los adultos.
Los 3 objetivos más importantes
Así que desde niño en mi cabeza surgían preguntas entonces inexplicables, a las cuales he encontrado respuestas solo después de mucho tiempo.
Este género de preguntas me ha empujado a conocer todo lo necesario para ejercitar mi actual profesión y aprender a vivir feliz.
Gracias a esta actitud y a la continua búsqueda del verdadero, consigo vivir cada día las tres cosas más importantes para mí:
1. tener tiempo y recursos para cuidar de mi salud;
2. tener tiempo libre de calidad y recursos para estar con la familia y los amigos;
3. tener tiempo y recursos para desarrollar proyectos que quiero emprender.
Estos tres puntos representan mi misión de vida personal.
Si quiere conocerme más a fondo
Desde 1984 me ocupo de bienestar, movimiento, salud y desarrollo personal.
Anteriormente estaba ocupado en descubrir una manera para estar al mundo, con un mínimo de serenidad y buenas prospectivas, que me permitiesen hacer transcurrir el resto de la vida en un equilibrio aceptable.
Es así que recuerdo los años de la adolescencia.
Posiblemente haya nacido con la pasión por la expresión del movimiento, pero en realidad creo que fue la única manera, que entonces conocía, para expresarme; esto me ha empujado a practicar todos los deportes que me llamaban la atención.
Recuerdo que, cuando todavía frecuentaba los primeros años de primaria, buscaba todo tipo de deportes o juegos que satisfarían mi deseo de expresarme con el movimiento.
Los cuentos de mis padres de cuando era niño, venían a menudo enriquecidos por el adjetivo “eléctrico”.
Deduzco que ya desde pequeñito era difícil no encontrarme en movimiento.
Probablemente fue esta índole “salvaje” a hacerme descubrir la expresión del movimiento y su enorme potencial para el desarrollo de una vida plena y satisfactoria.
Era demasiado joven para tener las herramientas que me permitiesen responder a la pregunta, y seguramente si lo hubiera tenidos, no habría sido capaz de usarlos.
El movimiento físico, el deporte era todo aquello que tenía para entenderme.
Vivir físicamente así – intensamente – me ha permitido conocerme de verdad, llegando mucho más allá de las capas musculares superficiales.
Descubrir uno mismo a través del movimiento
Practiqué muchos deportes como la natación, el baloncesto, la bicicleta, y a la edad de 13 años y seis meses me apunte al primer gimnasio.
La elección por el gimnasio fue casi por casualidad.
Por decir la verdad no creo en las casualidades, todos los hechos anteriores siguieron un recorrido bien específico que me ha llevado a sacar lo mejor de mí.
En aquella época no interprete los hechos de forma tan positiva, pero fueron el comienzo de mí, espero, aún muy largo camino.
Empezando con senderos de guerra improvisados con los amigos que compartían conmigo enteras tardes en construir tiendas de campañas, trepando árboles y gastando las ruedas de las bicis para ver quien hacia “el frenazo más largo”, pasando por la natación practicada en primaria llegue a la ESO.
Sin embargo, surgió la ocasión de hacer algo más grande, deportivamente hablando, así que deje la piscina.
Yo adoraba el baloncesto y era bueno, dicho por los entrenadores, pero solo era útil como elemento de disturbio en los entrenamientos, porque por mi estatura, nunca me dejaban jugar en los partidos oficiales.
Esta situación me entristeció, también porque el mismo año en el cual el entrenador me dijo estas palabras: “Juegas muy bien, rompe las defensas como pocos y eres muy técnico y preciso en los tiros, pero si a esta edad tiene esta estatura, es improbable que crezca mas, así que no hay sitio para ti en el campeonato”; un tal Anthony Jerome “Spud” Webb alto exactamente como yo, gano la competición de mates en la NBA americana.
Y entonces fuera el baloncesto! Solo “sobre cemento” para dejar pasar malos pensamientos, basta equipo y basta partidos!
Como el movimiento puedo sacar lo mejor de ti
El deseo de confrontarme pero no terminaba, estar en movimiento tranquilizaba mi mente, aquella mente frenética que raramente se desenchufaba.
Era todavía la única manera que conocía para conseguir sentir el equilibrio, no tenía otras ideas ni conocía otras formas para vivir sereno.
Absorto por el enorme fascino de la prueba reina del atletismo, los 100 metros lisos, decidí desafiarme a mí mismo en pruebas varias.
Para mi gran satisfacción, se decidió así que era un buen candidato para la especialidad de velocidad de los 100 metros lisos.
Baste decir que en el pueblo donde vivía, no tenían idea de que fuera un velocista, así que, inevitablemente, después del enésimo y aburrido10.000 metros deje el atletismo.
Una noche, después de varios días pidiéndolo, yo y mis padres fuimos a un entrenamiento del mejor equipo italiano de football americano, practica obligatoria antes de una eventual prueba….
Mi mamá se asustó tanto que, todavía sentados en las gradas, me cerró las puertas de mi futura carrera en el football americano.
El último de mis sueños deportivos era la gimnasia artística.
Podía quedarme horas y horas admirando aquellos cuerpos, tan poderosos como elegantes y agraciados, que realizaban movimientos para mi increíbles, con una sencillez y espontaneidad sobrenaturales…
También este sueño fue un sueño encerrado en el cajón porque no había instalaciones cercanas en el lugar donde yo vivía.
Descubrir el propio potencial a través del cuerpo
Y por fin llegó el gimnasio!
Recuerdo perfectamente el día en el que entré por primera vez.
Habían recién transcurrido las vacaciones navideñas, cuando, en los primeros días de enero de 1984, me apunte a mi primer gimnasio.
Se llamaba Magic Club y se ubicaba en una zona en desuso de una discoteca, lleno de aparatos y espejos hasta en el techo.
En la entrada, me recibió el dueño, Renato, junto a él empecé mi aventura en el mundo del fitness.
Con un aspecto redondo, un altura por debajo de la media, las orejas grandes, las gafas de primero de la clase, las piernas largas, el tronco corto y una timidez innata, empecé a frecuentar el único gimnasio al que podía llegar con facilidad, visto que, por mi edad, no tenía medios de transporte a mi disposición más allá de los zapatos y la bicicleta.
Además el pueblo en el que vivía tenía conexiones con otros pueblos por medio del autobús con escasas frecuencias horarias.
Como seguramente te habrás dado cuenta con mi descripción, mi autoestima no estaba a unos niveles muy altos.
Aunque en la ESO me apodaban el rey de la risa, las dificultades en relacionarme con los otros eran muchas.
Mi elevada sensibilidad me había – por un lado – favorecido una empatía increíble, pero – por otro lado – alimentaba mi timidez, lo que me hacía torpe y lento.
Bien, empezar a frecuentar el gimnasio fue el comienzo de mi escalada, podemos decir que volví a nacer.
En poco tiempo me convertí en un gran apasionado del fitness,un atleta competitivo a nivel nacional e internacional para después llegar a ser, pasando por todas las fases formativas y experiencias profesionales, en profesional del bienestar a 360°, ejerciendo mi profesión de entrenador personal y consultor para la salud funcional.
Como me enamore de mi profesión
El trabajo en los gimnasios me ayudo a aprender a relacionarme con colegas y clientes y a gestionar la autoridad o mejor el papel de guía.
Empiezo así a interesarme de manera más profunda de desarrollo personal.
Sentía la fuerte necesidad de aprender a gestionar aquel torbellino de emociones a veces contradictorias, que delineaban el aspecto fluctuante de mi humor.
La timidez iba desapareciendo al mismo tiempo que imperaba más la seguridad en mí mismo.
Iba adquiriendo aquella capacidades que tanto me habrían hecho falta años atrás.
La importancia y la necesidad de aprender la gestión del sigo mismo se evidenciaba cada vez más!
A medida que mejoraba mi bienestar y el número de personas que conseguía ayudar se incrementaba, devoraba libros sobre el argumento logrando beneficios impresionantes.
Esto me hacía entender cuanto estaba aprendiendo de mí mismo mediante el movimiento, el estudio del cuerpo humano y el funcionamiento de la mente.
Más allá de estar fascinado por el cuerpo humano y su funcionamiento, mi apariencia “redonda” debido al generoso apetito y a la familiaridad con la obesidad, me llevo a leer y estudiar argumentos relativos a la alimentación y a la nutrición para poder mejorar mi aspecto y mantenerme en salud.
El conjunto de todos estos acontecimientos, me ha permitido descubrir y conocer muchísimas cosas sobre el cuerpo y la mente humana.
A la luz de las experiencias realizadas y de los increíbles progresos personales obtenidos empecé a ayudar las personas más queridas para mí.
Porque stefanobranda.es
En enero de 2020 he cumplido 36 años de presencia en el sector de las actividades motoras; ejerciendo en los últimos 22 años como entrenador personal.
En el balance de este periodo, he concluido en cuánto potencial hay hoy en el campo del conocimiento del “sistema humano” y al mismo tiempo cuánta confusión y pésima información existe sobre el uso de dicho conocimiento.
Aprendiendo, de las necesidades y los estímulos, que he experimentado y encontrado, de las personas que he ayudado y de las instalaciones con las que he colaborado, me di cuenta que, prácticamente todos, tarde o temprano, están obligados a ponerse las preguntas sobre cómo gestionar la salud, el bienestar y la mejora y/o mantenimiento de ambos.
Esta necesidad de descubrir, buscar, sin manipulación, y en absoluta libertad, informaciones serias y reales sobre un argumento que hoy mueve demasiados intereses para quedar inmaculado, me ha llevado a enfrentarme a todos los temas, buscando una información correcta, actual, tangible y con respuestas y soluciones que todos puedan poner en práctica en la vida cotidiana.
Gracias a esta actitud, estoy preparado para ofrecer a todos aquellos que lo desean, la posibilidad de comprender el funcionamiento de los factores que contribuyen a lograr una verdadera calidad de vida.
El conocimiento necesario para entender la nueva conciencia del bienestar, reside en rescatar de toda la amalgama de propuestas, solo lo realmente efectivo y concreto que favorezca el fin más preciado que se pueda pretender: la salud integral.
S.branda
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Así que, feliz navegación con stefanobranda.com
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